Teatro / "VICTOR, VENÍ A BUSCAR LOS DISCOS" (Patio de Actores)

17.07.2025

★★★★ 

Imagen gentileza de BMZ Comunicaciones

Texto escrito en co-autoría junto a Jimena A. Coltrinari

Con funciones todos los domingos en Patio de Actores, "Víctor, Vení a Buscar los Discos" nos cuenta, desde un punto de vista de dos posibles, el triste después de la historia de amor entre dos hombres, quienes acaban de separarse luego de muchos años juntos: treinta en total. Una separación que, literalmente, desarma por completo una casa. Víctor deja a Juan por alguien más joven, y este, con el corazón destrozado, no puede procesar la ruptura. No concibe la vida sin su compañero; con desesperación, quiere a toda costa verlo, escucharlo. ¿Podrá parar el tiempo en esa hora para que su amor no tenga que partir? Es inútil dejar de quererlo.

Francisco Pesqueira, interpretando a Juan, hace las veces de maestro de ceremonias para relatarnos el costado más doloroso y espinoso de una ruptura. El talentosísimo intérprete, de dilatada trayectoria teatral, deja pasar por su cuerpo letras de boleros para ilustrarnos un conmovedor derrumbamiento de amor, bajo la obligación de deconstruir y desestructurar un género musical que por años fue exclusivo para amores heterosexuales. Y no es el único: en el bolero, como en el tango, en el folklore, en la cumbia y en el rock…hay. ¡Vaya que sí! De reescribir la historia oficial se trata.

Artista querido y admirado por todo el ámbito teatral, ferviente impulsor de proyectos independientes, Pesqueira se deja el alma en el escenario. Los múltiples talentos y destreza que en escena despliega -canto, baile y actuación- son sobradas muestras de su versátil talento. Quien ha mostrado su poderoso registro vocal en una recordada pieza como la magistral "AireFuego" y en múltiples espectáculos junto a Carne de Crítica, utiliza su fenomenal instrumento (sin la ayuda de micrófono, algo que engrandece su labor) para potenciar la actuación y concebir un unipersonal distinto desde su concepción. Porque no está solo en escena: los músicos Pepo Lapouble y Federico Razetti, lo acompañan, además, cumpliendo roles interpretativos.

En una cálida tarde de domingo de invierno, aires de bolero inundan la sala del Patio de Actores. ¿Qué aromas y pieles del pasado trae a nuestra memoria? No importa si se trata del amor de tu vida, de uno no correspondido o de uno idealizado: todos llevamos un bolero dentro. A través de canciones de propia autoría (editadas en el disco homónimo, publicado por el sello Acqua Records) y de reconocidos intérpretes de habla hispana, se nos muestra el arduo tránsito a través del duelo por la pérdida del ser amado: desde la no aceptación hasta reintentos (fallidos) por volver a hallar pareja. Pesqueira es entrega y carisma total. 

Emiliano Samar, en labores de co-autoría y dirección, lleva a cabo una precisa labor. Y lo hace bajo una premisa inteligente: contar la historia de una pareja LGBTIQ en el hoy, pero remontándose al comienzo de su relación. En absoluto sencillo resultaba, tres décadas atrás, vincularse en una relación gay. Además, de modo acertado, la pieza articula con películas y novelas de TV que conforman una postal emotiva de época. Hay allí un cálido recuerdo a las grandes divas de la actuación. Un romanticismo omnipresente en guiños y referencias a icónicos títulos como "Nano" o "La Extraña Dama". A figuras eminentes como Andrea Del Boca y Grecia Colmenares. "Víctor…" gana en riqueza.

En los zapatos de Juan y subido a su montaña rusa de emociones, el dotado intérprete atraviesa (y nos hace vivenciar con él) todas las etapas del duelo. Aprendiendo a sanar hasta reconciliarse con lo perdido, indispensable lección, rumbo al encuentro de esa clase de amor incondicional que no te abandonará jamás. Solo así hará las paces con su esquivo presente: existen nuevas y mejores emociones. Con el humor como indispensable salvavidas para mantenerse a flote, sabiendo hallar ese indicio de luz necesario entre tanto dolor. Tal vez, mañana, una nueva oportunidad de amar, aparezca cuando menos la busquemos. Quizás, quizás, quizás...