Teatro / "EL HOMBRE INESPERADO" (Teatro Maipo)

08.05.2025

★★★★ 

Escrita por la dramaturga francesa Yasmina Reza y protagonizada y co-dirigida por German Palacios e Inés Estévez, "El Hombre Inesperado", estrenada en el fabuloso Teatro Maipo -el pasado 11 de abril-, nos ofrece la sensible lectura de una obra intimista y reflexiva, y de la cual resulta imposible salir indemne.

Palacios y Estévez, quien décadas atrás protagonizaron juntos el film "Diario para un Cuento", coinciden en este proyecto sabiendo que entre manos tienen un material conmovedor y con enorme potencial poético, autoría la notable y multipremiada responsable de las célebres "Art" y "Un Dios Salvaje". En este sentido, la traducción de la obra a nuestro idioma, realizada por Gonzalo Garcés, nos enfrenta a textos dueños de inteligencia y profundidad, llenos de humor y sarcasmo, efectivos en abordar temáticas como la fuente de inspiración del escritor, los incentivos a la hora de crear, las relaciones amorosas y la fugacidad del tiempo.

Con acierto, la obra describe dos posturas fácilmente distinguibles y polos de indudable atracción. Por un lado, un hombre de mediana edad, descontento con su presente, aunque dueño de una prolífica carrera. En crisis con su vida, hay algo más que incomodidad en su imposibilidad de conciliar el sueño. Es un escritor de manual: ensimismado, neurótico y obsesivo. Dispuesto a abandonar su carrera, tal vez ya haya concretado el último de sus libros. En el otro extremo encontramos a una mujer, lectora de todos sus títulos, y quien podría ser un personaje más entre tantos que habitan sus historias. ¿Podrá mostrarse a la altura intelectual del escritor que admira? Un mundo de perturbación versus otros de fascinación cobra vida ante nuestros ojos. Por azar o destino, los dos coinciden frente a frente en los asientos de un vagón. Dos vidas, dos almas, que tenían que encontrarse.

La dupla actoral, asumiendo el doble rol de interpretar y dirigirse a sí mismos, aborda personajes poseedores de una fuerte carga emocional, y con facilidad consiguen nuestra inmediata identificación y compromiso. El diálogo atípico que ambos establecen, estructurado en base a lo que se dice, se intuye o se presiente, posibilita una singular travesía hecha de silencios y conversaciones con la propia conciencia, del cual acaba formando parte el espectador. Un piano de Ravel o Debussy genera el clima apropiado y, entre razonamientos hilarantes, una profunda mirada sobre la psicología humana enriquece la propuesta. ¡Cómo pasan las horas y se proyecta el deseo!

El intercambio que esperamos tal vez no es el que se materialice: las recurrentes cavilaciones viajan en vagones paralelos y a alta velocidad. Curvas y recorridos de la mente que nos posibilitan empatizar, mientras ciertas coordenadas históricas contribuyen a intuir dónde y cuándo transcurre la historia. En valijas se transportan ilusiones y lo convencional de pronto se vuelve acto de rebeldía. Mediante el 'pensamiento en voz alta' que sendos personajes ejercitan, los vínculos afectivos son revisados, y lo que prima es un permanente cuestionamiento del estado de las cosas.

De escala en escala, las certezas desvanecen. Uno piensa sobre otro, pero no lo dice; todo se trata de elucubrar y entretejer hipótesis; lo difícil es pasar inadvertido. "El Hombre Inesperado", bello juego teatral, intenta probar de que la literatura imita a la vida, o viceversa, y cuando una cita (literaria, pero también podría ser romántica) se hace necesaria, Pablo Parsky recita un poema de Borges, nada menos. ¿Dará Marta el gran paso?

Un texto encantador y dos grandes intérpretes se muestran a la altura del bello escenario que cada viernes y sábado los recibe. "El Hombre Inesperado" no responde todas las preguntas (y no debería), pero arroja algunas certezas, en torno a la obra y nuestras vidas: las musas, como las segundas oportunidades, llegan cuando menos lo esperamos, aunque haya propuestas que parezcan formuladas para otro plano, no para este. Mientras tanto, el amor y la soledad siguen siendo algunos de los misterios que las páginas de un libro saben resguardar.