Teatro / “BORGES Y YO” (Complejo Teatral de Buenos Aires)
★★★
En el
barrio de Palermo, en un café como tantos existen en Buenos Aires -¿cuántas
cosas más porteñas que un café podríamos enumerar?- Andrea Bonelli se sienta en
una mesa y comienza a escribir sobre una servilleta aproximaciones respecto al
tango. Muchos años antes, Jorge Luis Borges ensayaba una definición que se le
asemeja: el autóctono género musical refleja las vicisitudes del alma
argentina. La búsqueda del sentido emparenta sendos acercamientos. En otra mesa de café,
durante alguna especial oportunidad, Andrea recitará una poesía incluida en "Los
Conjurados", el último libro editado de Borges y el favorito de la actriz; lo
hará con la intención de convencer a María Kodama, respecto a la sesión de
derechos de la obra de nuestro emblema literario y la posibilidad de convertir
el incipiente proyecto en una obra teatral. Años después, sobre el escenario
de la sala del Complejo Teatral de Buenos Aires, una singular propuesta permite
converger a la literatura (más específicamente, el cuento, ¡ese diamante
negro!), el tango y la actuación. La pieza posee un inmediato
antecedente: fue representado por Hanna Schygulla, hace veinte años, en
Francia y en Alemania. La mentora nos da la bienvenida desde París, justo
cuando pasado, presente y futuro parecen confluir. Comenzada la función, una
cámara captura el rostro de la intérprete, quien, a su vez, se proyecta en una
pantalla. Su propia silueta, en sombras, se superpone sobre el registro
audiovisual que la blanca tela reproduce. Reflejos duplicación…temas
recurrentes en la obra borgeana. Como los espejos, los laberintos, las
simetrías o el tiempo. Una duda nos asalta: ¿Borges escribe o se deja hacer
para que otro lo escriba a él? ¿Recordaremos solo lo inevitable sin volver a
verlo jamás? Tal vez, haya misterios que sea mejor no develar. Schygulla recopila
siete cuentos originales de tan fundamental pluma, a quien la esencia porteña, tan
atávica y secreta, no cesó en maravillar. Un aroma a inconfundible a principios
de siglo XX, entre pampas, malevos y arrabales, prefigura un repertorio musical
interpretado con sentimiento y sensibilidad por la estupenda Bonelli: "El Día
que me Quieras", "La Última Curda", "Volver" y "El Choclo", entre otros,
resultan los clásicos visitados. También, se incluirán registros instrumentales y
arreglos de Peter Ludwig, ejecutados en piano (Shino Ohnaga) y chello (Cristina
Titi Chiappero). Imágenes, vestuario y texto interactúan, durante toda la
función, mientras la inmortal figura de nuestro escritor continúa estimulando recónditos
paisajes de la imaginación.