Septiembre '24 - Litto Nebbia regresó a los escenarios en Café Berlín
Crédito Foto: Sebastián Matatagui
En lo que representó su bienvenida a los escenarios, luego de una temporada de completa inactividad, producto del accidente que sufriera en agosto de 2023, Litto Nebbia llevó a cabo un impecable retorno, presentándose en el clásico Café Berlín de Villa Devoto.
A lo largo de los últimos años, Litto se ha convertido en una habitual presencia que engalana la cartelera del Berlín; como no podía ser de otra manera, el postergado encuentro con su público se produjo en un espacio en el que siente absoluta comodidad para tocar. En formato acústico, acompañado de su guitarra y su piano, nos convidó de un cancionero íntimo y cuidadosamente seleccionado, dando comienzo puntual, a las 20.30 hs.
En la primera de dos citas a celebrarse en septiembre (la siguiente es el próximo sábado 21) Litto supo disimular incomodidades y dolencias esperables, regalándonos un repertorio de total disfrute para sus fans. A gusto en el piano de cola, nos deleitó con una maravillosa versión de "Mexican Blues", apenas comenzada la velada. De inmediato, llegó una joyita de 1980, "Más Que Loca"; el paso de los años nos permite constatar este pionero enfoque feminista.
Del pasado al presente, la travesía musical lo llevó a repasar un trabajo de reciente cosecha, "La Suite Rosarina" (2022), junto al rosarino Adrián Abonizio, en donde se repartieron letras y melodías. De ese grupo de canciones dueñas de notable afinidad y sensibilidad histórica, Litto elige "Cuando Llueve por Pichincha", trayéndonos postales de una época pasada y un barrio pesado. Acto seguido, acometió otro magnífico rescate nostálgico: "Cuando yo me Transforme", compuesta junto al autor cordobés Juan Ingaramo. No es menor observar, se trata de una canción que ha contado con más de cuarenta versiones desde su edición.
Porque hay sentires que no pasan de moda nos trasladamos de nuevo hacia los '80, con "Por la Evocación". Luego, fue el turno de "Hoy Te Vi", en donde Nebbia recuerda al poeta uruguayo Eduardo Mateo, compañero de numerosas grabaciones y a quien conociera en la época de Los Gatos Salvajes. El aplauso de la audiencia dejó sentir el cariño por el entrañable colega, tan efusivo como por el tema que a continuación nos sorprendió: "Si tu Pelo Está Mojado (No sé)". Promediando el show, en un segmento de canciones urbanas de raza, apreciamos el gusto del anfitrión por los tangos que de muy joven conoció: "Cómo Dos Extraños" (Laurens-Contursi) y "Toda Mi Vida" (Troilo-Contursi) se instituyeron como uno de los puntos más conmovedores de la noche. De inmediato, "Nuevo Plan" cambió notoriamente el ritmo de la propuesta.
Para sorpresa de su audiencia, uno de los padres fundadores de nuestro rock redescubrió una canción grabada a sus dieciocho años para el segundo disco de Los Gatos, titulada "El Niño y el Mar". Fue su última incursión al piano, antes de iniciar un set de guitarra. Con aires de fogón, Litto emprendió una preciosa versión de "Memento Mori", de Mirtha Defilpo, con motivo del cincuenta aniversario de un disco esencial en su trayectoria: "Melopea", el cual contará con una próxima y especialísima publicación: un CD de reversiones en formato doble junto al disco original; un abordaje similar al que acometiera con "Muerte en la Catedral 50° Aniversario" (2023).
Haciendo una pausa, Litto nos ofreció un preciado adelanto: se presentará junto a su banda, el próximo 5 de diciembre, en el ND/Ateneo. Infaltable, un imprescindible como "Canción para los Inocentes" sirvió de prólogo a "Hijos de América". "Canción de los Relojes", en tanto, rescató un antiguo tema grabado junto a Cuarteto Zupay, trayendo al recuerdo al querido Lalo de los Santos. Acercándose a las casi dos horas de concierto, el maestro solo necesita su alma para cantar esta melodía, y es así como sonó "Mañana", seguida del beat "Qué Mujer", que compusiera en un banco de Plaza Francia. A pesar de los consejos médicos, el show superó -por amplio margen- la barrera de veinte temas, y es así como del poeta rosarino Hugo Diz, apreciamos un infaltable de cada setlist: "Tristeza en los Andenes".
Rumbo al desenlace, el tramo final de este regreso a lo grande entregó un puñado de interpretaciones notables. "Esperando un Milagro" se convirtió en una de las inclusiones más festejadas, mientras que "Los Chivos Emisarios" rescató el enésimo tesoro escondido de su abultada discografía, en un instante dónde la noche quiso hacerse de día. Conformando uno de los puntos más emotivos del recorrido, "El Otro Cambio" dio paso a "La Ventana sin Cancel", a modo de bis, junto a la coreada "Solo se Trata de Vivir".
Entre canción y canción, un animado Nebbia reflexionó junto a su gente acerca del sentido abstracto de la música, noble arte capaz de contar en dos minutos una historia expresada con notas y palabras. A eso es a lo que ha dedicado su vida entera uno de los fundadores indiscutidos de nuestro rock, a través de siete décadas de incesante creación poética y musical, habiendo compuesto más de mil cuatrocientas canciones a la fecha. Legendario, prolífico e inigualable.
Su vuelta a tocar resultaba una impostergable caricia al alma. Tal vez, porque, entre rituales que echamos de menos y canciones que siempre queremos volver a escuchar, hay cosas que no quieren morir. Hoy más que nunca: ¡Salud, Litto!