Discos / “ESPEJISMOS”, SKAY BEILINSON y Los Fakires

15.02.2024

Skay Beilinson nunca fue un gran letrista ni un gran cantante, y no me consta que se lo hayan hecho creer. Lo suyo siempre fueron los endemoniados solos de guitarra y los riffs pegadizos, marca identitaria de la primera etapa de Patricio Rey. Comenzando su carrera solista en el año 2002, Skay logró editar una interesante triada de discos: "A través del mar de los sargazos" (2002), "Talismán" (2004) y "La marca de Caín" (2007). Del lustro siguiente, podemos apreciar en su música ciertas marca de estilo y rasgos característicos muy precisos (una métrica de lapsos de tiempo breves, versos que se repiten a lo largo de la canción), a partir de los cuales el guitarrista constituyó un molde de melodías y armonías rendidor. Efectivo, sí, pero poco arriesgado. No obstante, el flamante "Espejismos" representa el más flojo de sus ocho trabajos en solitario. Nuevamente junto a los Fakires -Leandro Sánchez (batería), Claudio Quartero (bajo) y Joaquín Rosson, en la segunda guitarra-, edita vía Ultrapop un material que descansa en la misma monotonía de anteriores propuestas (el recurrente relato en primera persona, a veces omnisciente), que no se anima a transitar otros paisajes estéticos. En más de media hora de duración, cuesta encontrar un concepto sustentable: la fórmula conocida del violero se reitera a destajo, y, si bien instrumentalmente las canciones son inobjetables, es la lírica la que queda ha quedado a deber, una vez más. Existen formes mucho más poéticas -y mucho menos literales- de ilustrar los peligros de la inteligencia artificial ("Yo soy la máquina") o, en otro orden, de llevar a cabo una postal del conurbano ("Carrousel"). Cobertura sin relleno, el colmo de la obviedad más haragana culmina cuando la libertad, las palomas y las escaleras de un campanario confluyen en una misma oración. Por su parte, "Un Fugaz Resplandor" recurre a una serie de previsibles metáforas que observan los ciclos naturales: digno de una composición de escuela secundaria. ¿Sabrá Skay por qué corre?