Diciembre '25 - "Paseando por Sueño Stereo" (Parque Centenario)

Crédito fotografías: Jimena A. Coltrinari
<<Un hombre alado extraña a su papá>>
Con las emociones a flor de piel, mezcla de orgullo y desborde, de abierta gratitud y fragilidad expuesta, la frase dicha por Benito Cerati, segundos antes de concluir el sobresaliente homenaje al disco "Sueño Stereo", llevado a cabo en el Anfiteatro de Parque Centenario de la Ciudad de Buenos Aires, bien puede quedar por siempre inscripto en la memoria de todos los presentes. El cuerpo canta un disco eterno, el cuerpo recuerda. Lágrimas, sí, ¿por qué no? A montones.
La celebración de "Sueño Stereo" (1995) no fue un gesto oportunista ni una reconstrucción amparada en la siempre redituable nostalgia: fue un acto que nació desde el corazón, desde el mismo núcleo donde el legado se cuida sin solemnidad impostada. Nadie más indicado que el hijo de Gustavo Cerati para concretarlo. Hay en Benito un profesionalismo intachable, el de alguien que ha sabido compatibilizar su propia trayectoria con contados y precisos tributos a su padre, cuidadosamente dosificados, sin permitir que estos eclipsen su camino personal, allí donde realmente está puesto el foco de un desarrollo artístico que no hace más que crecer y deslumbrar.

Dos años después de celebrar "Amor Amarillo" (en Usina del Arte), tres después de hacer lo propio con "Dynamo" y "Colores Santos" (en Centro Cultural Kirchner), Benito colocó sobre sus espaldas el desafío de repasar otro hito trascendental en la carrera de uno de los protagonistas fundamentales de nuestro rock nacional. A treinta años del último disco de estudio de una banda clave para el género en América Latina, "Sueño Stereo" representa el epílogo un proyecto musical en incesante evolución, decisivo paso para que Gustavo emprendiera el regreso a su brillante desempeño en solitario.
A las 20:00 hs., puntual como anunciado, dio comienzo una cita que se extendería por casi dos horas. Debajo del escenario, el reencuentro fue anticipado, lo que irradiaba esta noche era especial y resplandecía. Gustavo, en el aire, volvió a hacerse presencia y canción. Solo se trató de abrir el sueño exterior, crear la dimensión. Habiendo superado pronósticos climáticos adversos, la llegada del verano y una tarde a pleno sol fueron el aperitivo indicado para llevar adelante la ansiada jornada. No hacía falta nada más: luz, cámara y acción.

El talentoso Benito estuvo acompañado por sólidos músicos, habituales participantes de sus respectivas presentaciones en solitario y a la altura de tamaña performance: Clara Rodríguez en bajo, Alfredo García Tau en guitarra, China Roldán en teclados y Pedro Bulgakov en batería, conformaron un ensamble que interpretó con conocimiento orgánico y sensibilidad pura. Además, la aparición de invitados especiales de absoluto lujo, ligados al repertorio Soda y puentes de una historia compartida, como Tweety González en teclado y Leo García en guitarra y voz, coronaron una noche ciertamente inolvidable. Una crema de estrellas pareció cubrirlo todo…
A través de sus doce canciones, el álbum recreado sobre el anfiteatro -agotado en su capacidad- volvió a sonar como materia de indispensable escucha para nuevas generaciones y reliquia para acérrimos fans a la vez. Centro del centro de una ausencia que hoy todavía sentimos y cala profundo, conectamos con la precisa frecuencia. Soda Stereo franqueó la enésima puerta a una devoción que todavía marea y reverbera. La pasión actúa por reflejo y resulta conmovedor comprobarlo: un nuevo acorde nos hace mirarte a los ojos. Benito, seguimos tus pasos.

Acerca del disco:
"Sueño Stereo" se dio a conocer originalmente como un cuerpo de doce canciones, un repertorio compacto que luego encontraría prolongaciones inesperadas en aquellas composiciones inéditas que vieron la luz a través del formato en vivo del MTV Unplugged (editado bajo el título "MTV Unplugged: Comfort y Música Para Volar"), extendiendo su respiración más allá del registro de estudio. Si bien la versión original de 1996 contenía siete temas interpretados para la sesión acústica, las ediciones discográficas incluyeron canciones inéditas que habían sido descartes de la placa —como "Sonoman", "Planeador", "Coral" y "Superstar"—, las cuales ampliaron una experiencia sonora plena de riqueza y matices. En términos estéticos, su concreción puede leerse como un territorio de síntesis y exploración final: el mítico trío ya no perseguía la urgencia del impacto ni la afirmación identitaria; se permitía, en cambio, habitar un estado de flotación creativa, donde la canción pop convivía con la experimentación sonora, las texturas electrónicas y una lírica que se acerca a cierta búsqueda conceptual que Cerati plasmaría en solitario. Su última estación creativa suena a banda que sabe despedirse antes, incluso, de anunciarlo, que altera patrones sin romper del todo, que mira hacia adelante aun sabiendo que el ciclo se aproxima a una final transformación. ¿Algo quiebra en unísono? En suspensión, con sabor a cierre de etapa, el sueño que continúa vibrando incluso después del despertar...

Tracklist original:
ELLA USÓ MI CABEZA COMO UN REVÓLVER, DISCO ETERNO, ZOOM, OJO DE LA TORMENTA, PASEANDO POR ROMA, PASOS, ÁNGEL ELÉCTRICO, CREMA DE ESTRELLAS, PLANTA, X-PLAYO, MOIRÉ // Bonus tracks: SONOMAN, PLANEADOR, CORAL y SUPERSTAR.