Cuarto Encuentro Virtual: "LA CONDICIÓN HUMANA EN EL CINE"

09.08.2021

DEBATE GRUPAL SOBRE "EL SÉPTIMO SELLO" (1957), DE INGMAR BERGMAN

Título original - Det sjunde inseglet (The Seventh Seal)

Año - 1957

Duración - 96 min.

País - Suecia

Dirección - Ingmar Bergman

Guion - Ingmar Bergman

Género - Drama | Siglo XIV. Edad Media. Religión.

Sinopsis: Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la muerte y la existencia de Dios. 

Premios - 1957: Festival de Cannes: Premio Especial del Jurado (Ex aequo con "Kanal")

Link a película: https://www.youtube.com/watch?v=daJ-tsBCPV4 

Antonius Block es un caballero que acaba de volver de la Cruzada junto a su escudero Jöns; ambos llegan a su tierra natal, Suecia, que está devastada por la peste negra. Al comienzo de la película, Block reta a la Muerte a una partida de ajedrez para intentar salvar su vida: si le gana, no tendrá que irse con ella. "El Séptimo Sello" gira en torno a los encuentros entre estos dos personajes, Block y la Muerte, quienes mantienen conversaciones sobre la existencia de Dios, su silencio, el sufrimiento, el sentido de la vida...Estos temas acentúan la atmósfera apocalíptica que tiene toda la película, siendo la principal materia el silencio de Dios, su ausencia y el desamparo del hombre solitario. Toda la filmografía de Ingmar Bergman posee una carga filosófica y religiosa que la distingue del resto al mismo tiempo que la vincula con el cine nórdico anterior.

Bergman, director de cine sueco, es conocido por películas como "El manantial de la doncella" (1960), "Persona" (1966) y "Fanny y Alexander" (1982). En treinta y cinco días de rodaje, el autor fotografió la película en blanco y negro con una amplia gama de grises para darle mayor valor a las luces y sombras. Así mostraba las marcadas diferencias que hay entre el bien y el mal, la vida y la muerte. La composición de la imagen es más reposada que dinámica. Se prefieren los cambios de plano antes que el movimiento de la cámara, por lo que estos son empleados en momentos puntuales para dotar de dramatismo o acción a la escena, pero no como algo recurrente.

Un aspecto importante de la película son sus personajes. Antonius Block es un caballero repleto de dudas y ansias de saciar sus inquietudes. Necesita encontrar un sentido a su vida que le acerque a Dios. Block representa el caballero de la fe de Søren Kierkegaard, el existencialismo más desesperado que muestra el temor a la muerte y al silencio de Dios, quien no da respuesta a todas sus dudas. El conflicto entre razón y fe que tortura al personaje recuerda al que presenta Miguel de Unamuno en su libro "Del sentimiento trágico de la vida": «Razón y fe son dos enemigos que no pueden sostenerse el uno sin el otro». Para el filósofo, ambas deben servir a la búsqueda de la inmortalidad del hombre, la misma búsqueda que hace Block: «Nadie es capaz de vivir con la Muerte ante sus ojos y creyendo que todo ha de desembocar en la nada más absoluta», le dice a la Muerte, subrayando la idea de Unamuno del «inmortal anhelo de inmortalidad».

Otro paralelismo se da también entre Block y su escudero Jöns, quienes se pueden relacionar con las figuras de Don Quijote de la Mancha y el Sancho Panza que Unamuno presentara en su libro "Vida de don Quijote y Sancho", el primero como el caballero de la fe kierkegaariano y el segundo como un materialista sin inquietudes religiosas que solo se preocupa por los problemas terrenales. También es importante el personaje de la Muerte. Es la mayor representación que se hace en la película a través de la personificación. La muerte tiene forma de hombre con el rostro blanco y túnica negra. No es la única figura retórica que aparece en la película: también hay una comparación entre la peste que asola Suecia y el temor a una bomba atómica propio de la década de los cincuenta, tras la Segunda Guerra Mundial.

Hay varios planos y escenas que deben ser destacados porque han supuesto un hito para la historia del cine, como la apertura de la película. En ella se pasa de una pantalla en negro a la imagen de un cielo nublado apocalíptico, donde un águila negra planea en el aire. En esa misma escena se produce el primer acercamiento entre la Muerte y Antonius Block. Con él desahoga todas sus inquietudes religiosas, sus dudas sobre la existencia de Dios, sobre lo que hay después de la muerte y el sentido de la vida. No quiere morir hasta haber satisfecho sus preguntas, pero Dios no le da una respuesta. Aquí aparece de nuevo el tema principal de la película: el silencio de Dios.

Otro aspecto a destacar del largometraje son las imágenes de desolación, de cadáveres y violencia que se ven constantemente. Por fríos e incrédulos que seamos en cuanto a los aspectos espirituales y trascendentes de la existencia, siempre nos asaltan las inquietudes y las preguntas sobre la muerte. La muerte es uno de los arquetipos fundamentales, que subyace, dialoga, interroga, asusta, alecciona, espera pacientemente y, con entera seguridad, aparece. ¿Qué hay más allá? ¿A qué refieren los 'siete sellos? Una serie de sellos se va desplegando en el Apocalipsis, representando escenas de sufrimiento, muerte, guerra, peste y hambre. Cuatro de ellos son anunciados por jinetes montados en corceles de cuatro colores. "El Apocalipsis" es un libro complejo, lleno de símbolos y de números, que quizás responde a las difíciles épocas que vivían los cristianos entre los años 60 y 100, abundantes en terremotos, erupciones volcánicas, hambrunas, guerras y persecuciones. En épocas como esa había lugar para la profecía y el simbolismo.

Ingmar Bergman plantea una compleja alegoría de símbolos y personajes en "El séptimo Sello", quizás respondiendo a la época en que se filmó, en la cual la humanidad estaba bajo la amenaza de destrucción nuclear, sin que al parecer se hubieran aprendido las lecciones de dos terribles guerras mundiales. Para ello, nos cuenta una historia basada en una obra teatral propia de Bergman llamada "Pintura sobre Tabla", desarrollada en la Suecia medieval, en época de las Cruzadas. Se trata de una de las mejores películas de este prestigioso director, considerada una obra maestra del cine mundial, que fue abundantemente premiada y aclamada. A modo de tablero de ajedrez, la película combina los blancos y los negros en armonías altamente simbólicas de gran belleza. Se podría decir que el blanco y el negro son esenciales. Aparecen en el paisaje, en los trajes de los personajes y singularmente en la Muerte misma, con su cara blanca y brillante, de texturas suaves, casi apacibles, en contraste con su traje y su capa, profundamente negros. La muerte juega con las fichas negras del ajedrez y la partida transcurre en una playa, con el mar oscuro y el cielo claro. Bergman utiliza a plenitud el paisaje, especialmente los cielos y el mar.

El film es un retrato excepcional sobre el miedo padecido por el hombre contemporáneo frente al vacío agnóstico que amenaza constantemente su búsqueda de sentido. El director sueco acude a una metáfora medieval para expresar su desconcierto por no poder contemplar lo absoluto. La obra de Ingmar Bergman tiene un valor filosófico significativo. A partir de unas imágenes que sondean el espíritu, los monólogos, diálogos y silencios, las películas del director sueco abren paso a cuestiones de hondo calado, retratando dilemas humanos sobre el sentido de la vida. En esta dirección, uno de los problemas que más ocupó al realizador nórdico fue el del silencio de Dios, un ser del que no tenía certeza, y que parecía observar el mundo como un espectador sin intervenir. El séptimo sello es una obra monumental en la que el director nórdico puso en evidencia la dificultad de buscar certezas metafísicas. Para lograr ese propósito, Bergman recrea una historia basada en el ideario medieval, basándose en las obsesiones ya presentes desde su infancia y en temáticas que íntimamente lo atormentaban.

Al visionar la película, ganadora del premio especial del jurado del Festival de Cannes de 1957, es posible advertir una atmósfera agobiante. Se trata de un film muy personal, de profunda abstracción, que sume al espectador en un auténtico laberinto, haciendo pensar en lo que cabe esperar y en los límites que se ciernen cuando se busca contemplar lo absoluto. El relato se va desarrollando a través de un guion de diálogos profundos, iniciados desde la puesta en escena de una singular partida de ajedrez hasta el final del film en el que se muestra una extraña danza de la muerte. De esta forma reconocemos una obra magnánima en la que se integran muy bien un texto escrito, dando cuenta de palabras y silencios para meditar, una fotografía en blanco y negro para contemplar, y una música inolvidable para no olvidar.

Todo un simbolismo único se ofrece en la película, puesto en consideración del intérprete, desde el que resulta posible auscultar diversas perspectivas sobre su sentido y alcance. La peste negra ronda y la muerte se hace presente en una Europa decadente. Un aire gélido y letal acecha por todas partes. Desde el inicio de la película, con un plano en contrapicada, se evidencian unas imágenes sobrecogedoras acompañadas de una voz en off que pronuncia varios versículos del Apocalipsis. Temas como la duda y el vacío agnóstico son asuntos importantes, aún para quienes han sustituido el dilema sobre Dios por otro tipo de cuestiones. El realizador sueco sabe retratar esos temas, apelando a la iconografía del mundo medieval.

"El Séptimo Sello" no puede verse como un film con rigidez histórica. Los problemas que plantea "son esencialmente modernos. El film apela a la alegoría, dando cuenta de los miedos en los que el hombre se sumerge, no solo los de ayer; son también los temores que hoy se padecen. La obra se encuentra en sintonía con lo expuesto por Umberto Eco, al considerar la Edad Media como la alborada del hombre actual. Con una película, rica en metáforas, Bergman nos hace pensar en problemas de gran envergadura filosófica. El director logra su propósito recreando un ambiente agobiante que muestra la teatralidad en la que la muerte se desenvuelve, a través de la visión personal de una Europa bajomedieval con unas estructuras en franca decadencia. Es el ocaso que siempre ha acechado al hombre cuando ha buscado indagar por el sentido de su vida.