Primer Encuentro Virtual: Mesa de Trabajo "LA CONDICIÓN HUMANA EN EL CINE"

16.05.2021

Comprendemos el cine como elemento transmisor de la cultura universal, insoslayable testigo del complejo mundo que nos cobija. Un medio maravilloso que sigue fascinando a las nuevas generaciones, cada vez más habituadas a formatos audiovisuales proliferados. El cine, moldeando vectores como espacio, tiempo, imagen y palabra, transmite un mensaje a través de una historia, tratando cuestiones atávicas que atraviesan -tangencialmente- nuestra condición humana.

En tal sentido, valoramos al cine como un auténtico "imperio de sentidos" que reproduce la huella del arte audiovisual y expresa la realidad mediante la figuración que otorga un valor subjetivo a símbolos que conforman la preciada llave para comprender el propio lenguaje. Nuestra tarea como docentes, escritores y comunicadores radica en propiciar, a través del análisis de películas, los espacios de reflexión en donde el espectador evite la zona de confort habitual de un mero acto contemplativo, en pos de interpretar estos símbolos con absoluto compromiso intelectual.

Asimilar al cine como una nueva forma de pensar roles sociales, históricos y políticos dimensiona su enorme pertenencia. El cine moviliza el intelecto y difunde cultura, fijando la imagen en el tiempo. Al igual que la literatura, testigo del hombre de su tiempo, el cine hereda el arte decimonónico de narrar redimensionando el análisis en un lenguaje que potencia los sentidos. De manera que el séptimo arte puede comprenderse como una herramienta primordial que impacta nuestro intelecto y emoción para describir la condición humana. El cine da una sobreimpresión de la realidad, potenciando las cualidades del acto literario. Su narrativa trasciende el lenguaje propiamente dicho, y se convierte en un fenómeno cultural que constituye un vehículo de conocimiento sobre nuestra sociedad. 

Una película puede apreciarse como un paradigma de moralidad, también como un soporte esencial para comprender la naturaleza humana. Cada cineasta elige un trozo de realidad y reconstruye bajo su mirada e influencias tal visión. Se vale de cada elemento del lenguaje y su multiplicidad trasladada a la puesta en escena para comunicar con precisión. Por ello, las películas son un terreno simbólico que excede el uso de la palabra. Es necesario aprender a "mirar una imagen" para decodificar su sentido como quien interpreta un texto escrito. También, es pertinente valorar la labor del actor como herramienta canalizadora para la comprensión del fenómeno histórico.

Como críticos y espectadores, nos vinculamos directamente al verosímil planteado por una película, sumergiéndonos en el mundo ficticio que la contiene y da sentido. La actitud crítica frente a un producto cinematográfico exige entender al espectador como parte vital del acto interpretativo, en su eco personal e intransferible, también descubrir al crítico como un puente que acerca la obra al espectador. Suya es la tarea de comprender la humanidad de un personaje, desnudando el caudal de luces y sombras que lo habitan, en su amplio espectro: sus conductas y motivaciones, aquellas que justifican su lógica interna. Aspecto primordial de los variados mecanismos que activa el juicio crítico sobre el lenguaje.

El cine revela actitudes humanas y preserva testamentos culturales: la emoción que nos produce la imagen en movimiento nos accede al siempre necesario juicio crítico. Hacer critica es interpretar sentidos, y es, entre otros motivos, comprender el porqué del uso de cada elemento de la puesta en escena como resguardo de cierta 'forma' que justifique la exteriorización de su 'contenido'. Cada ficción capta una idea de realidad y nos hace reflexionar sobre cierta esencia del mundo. Es el impacto de la imagen proyectada sobre nuestra condición humana aquello que nos produce cierta conexión emotiva: empatizamos con problemáticas ajenas y nos vemos reflejados en cuestiones intimas que nos atraviesan.

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