"Allá por el Veintitangos": Mi Buenos Aires querido

★★★ y 1/2

Fotografías: Gentileza prensa Haydée Marocchi

El sainete argentino puede entenderse como una forma teatral que encontró su potencia en la mezcla irreverente de lo cotidiano, lo popular y lo exagerado: un territorio donde la escena funcionaba como espejo deformante de la vida barrial. Más que un género rígido, fue un modo de representación que absorbió acentos y pequeñas tensiones sociales para convertirlos en una comedia de supervivencia urbana. En las tablas convivían el desparpajo del habla callejera, la emoción contenida de los recién llegados y una picardía que hacía del conflicto una oportunidad para la risa. Esa tradición, lejos de proponerse solemne, surgió como un ejercicio directo de observación: un teatro que no buscaba elevar al público, sino acompañarlo, devolviéndole sus contradicciones envueltas en un ritmo vivaz que celebraba la vitalidad de la vida común.

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